martes, 19 de julio de 2016

Viendo "Big Bang Theory"

www.en.wikipedia.org
Hay quien a estas alturas de la historia humana se hace ilusiones respecto al progreso científico, considerándolo inacabable y taumatúrgico. El hombre sería capaz en el futuro de programarse a sí mismo con el dominio del genoma, de erradicar la muerte, de recorrer el universo a lomos de agujero de gusano, de viajar en el tiempo... Un momento, ¿viajar en el tiempo? Viendo el capítulo 5 de la temporada 8 de la serie Big Bang, en la que se cita la saga de películas Regreso al futuro, pienso que esto nunca será posible. Si en el futuro fuera a ser posible viajar en el tiempo ya tendríamos que haber recibido visitantes de la posteridad (a no ser que hayan venido en OVNIs y no se hayan atrevido a interferir con nosotros, que también podría ser). Pero parece ser que, o nunca será posible en la práctica, o a la especie humana no le ha dado tiempo de lograr esta hazaña científica y tecnológica. Después de todo, puede que nunca lleguemos a dioses. Quizá hubiera sido posible (sería posible) si tuviéramos (hubiéramos tenido) todo el tiempo del mundo, pero nos extinguiríamos (habríamos extinguido) antes, por nuestra mala cabeza. Camino llevamos, desde luego, entre las armas nucleares, la destrucción de la naturaleza, la superpoblación... En fin. Dios quiera que, o para el hombre sea absolutamente imposible esta proeza, o sea los de los OVNIs.

FOMO

www.vanitatis.elconfidencial.com
O, explicado, Fear Of Missing Out ("miedo a perdérselo"). Parece ser un nuevo acrónimo creado al calor de las redes sociales y significaría que algunas personas viven con la angustia de estar perdiéndose algo significativo e interesante, "el evento"; con la frustración de no estar en la pomada, de estar más "out" que "in". Un vídeo del filósofo divulgador Alain de Botton y su School of Life nos explica esta peculiar angustia existencial, y nos argumenta para aplacarla que la gente "in" también puede ser aburrida a ratos, y que quizá lo más interesante que esté ocurriendo ahora en el orbe sea que nuestra vecina de rellano a la que apenas saludamos, aparentemente una anciana inofensiva, sea en realidad una brillante autora en pleno proceso de escribir la gran novela europea del siglo XXI, por poner un ejemplo. Y que no tengamos ni idea.
www.en.wikipedia.org/wiki/The_Mezzanine
     Poco después, por esos caprichos del azar, he sabido de una novela peculiar llamada The mezzanine, de un tal Nicholson Barter. Cuenta una historia sin argumento, limitándose a narrar  durante ciento treinta y cinco páginas los pensamientos de su héroe, Howie, mientras sube un tramo de escaleras mecánicas en un descanso de su trabajo, No he leído más que el extracto gratuito que figura en Amazon (ya que tengo que purgar algún exceso último con las descargas), pero las críticas dicen que éste es un libro hipnótico, que se ama o se aborrece, que puede abrirnos los ojos a la maravilla y complejidad de lo cotidiano, y que uno no es el mismo tras acabarlo. Así que uno que estaba con el FOMO, frustrado porque no le habían invitado a la entrega de los Óscar o a la final de la Champions, y resulta que el viaje a la panadería para comprar unas rosquillas podía tener más matices y ser más rico en datos y sensaciones que las dos ocasiones citadas. Si uno tiene ojos para verlo y oídos para oírlo, claro. Y además puede salir mucho más barato, por buenas que sean las rosquillas.

sábado, 16 de enero de 2016

¡Eureka! (Te llamaré Viernes)

Hola, amig@s. Hoy es sábado y esta madrugada, a las 2,53 horas (podría considerarse viernes en un sentido laxo), he hecho un gran descubrimiento. He encontrado una descripción de mi tipo de OCD, lo que supone que no soy tan raro, y me ayuda a pensar que mi trastorno no es una falla fundamental de mi carácter, de mi moral, sino una característica peculiar de mis sesos (sin que esto deba dar rienda suelta a la autoindulgencia, me apresuro a añadir).
     Ha sido en un blog en inglés llamado "Beyond Highbrow", de un tal Robert Lindsay. La entrada se llama Various Subtypes de Pure O OCD, y no me resisto a citar las líneas en la melodiosa lengua de Shakespeare (aquí, música celestial):
www.mummysecrets.com
     "Theme change: Often one theme is completely abandoned for another theme. The old theme will be dropped 100% as someone goes on to a new theme and completely blows off the old one and even laughs about it."
     Lo que supone que tengo una nueva familia. Mis hermanos gemelos del alma son otros "theme change" obsesivos puros. Mis hermanos en la lucha, otros "obsesivos puros", como los preocupados por hacer daño, por haber contraído el sida, o por la duda de si son homosexuales. Mis primos serían los obsesivos-compulsivos, como los de limpieza o comprobación, por ejemplo. Y parientes algo más lejanos, pero igualmente queridos: sufridores del síndrome de Tourette, del de estrés postraumático, o hipocondríacos. Me siento reconfortado. En la playa de mi isla, donde sólo reinaba la soledad del náufrago, he encontrado huellas de pisadas de otros congéneres, gracias a la moderna botella con mensaje que supone Internet. No sufro solo -siempre es un alivio-. Me reafirmo en que soy un TOC, no (¿sólo?) un neurasténico pusilánime hediondo de autoindulgencia. Te llamaré Viernes, aunque te encontrase ya a las 2,53 horas de un sábado, en las playas del ciberespacio. Gracias, Robert Lindsay, quienquiera que seas.

lunes, 11 de enero de 2016

Si es que no podemos parar

www.panmacmillan.com
Aquí estamos otra vez, amig@s, ya en el nuevo año 2016. Vuelve este blog con varios nombres y afluentes, y así sobrevive a nuestra inconstancia. No es poco. Me animo a escribir algo, una vez que he entrado en un foro sobre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y he visto que alivia leer sobre otras personas que pasan por dificultades parecidas. En realidad esto de retomar el blog no es sino otra obsesión más, que será efímera también. Consiste también en identificarnos con el TOC (las 24 horas del día, 7 días a la semana). O sea, obsesionarnos acerca de las obsesiones. Nos cansaremos pronto, pero mientras tanto habremos sobrevivido unos días más. Y en gran medida se trata de esto, de ir trampeando por la vida, de seguir dando pedaladas a la bicicleta, procurando sacar la cabeza del agua de vez en cuando para respirar. Seguir.
     Con los dos últimos libros que he comprado por medio de Amazon estoy viendo que puedo atreverme a reclamar la etiqueta TOC (u OCD). Particularmente, The man who couldn't stop, de David Adam, me está gustando mucho. No es un libro sólo de estrategias de auto-ayuda sino que trae la historia personal del autor, y también información interesante sobre esta dolencia del TOC. No sé si existirá una traducción al españo, ojalá, Aún voy por la mitad del libro.
    En fin, voy a parar aquí, esperando tener otro día aliento para seguir escribiendo. Gracias por la atención. Espero no resultar demasiado pesado o denso para algún lector despistado que caiga por aquí. Es que me temo que "es mi carácter", como le dijo el escorpión a la rana de la fábula.

lunes, 19 de enero de 2015

Dominar las obsesiones, "that is the question" (¿y FIN?)

www.clinicamoreno.com
Cinco días desde la última entrada: récord absoluto de demora. Y este modesto blog se encuentra en la cuerda floja. El sábado pasado alcanzamos una de esas pequeñas tocadas de fondo que van seguidas de pequeño impulso para subir hacia lo alto. Nos descargamos el ebook de un libro de psicología/autoayuda: Dominar las obsesiones. Una guía para pacientes, de Pedro Moreno, Julio C. Martín, Juan García y Rosa Viñas (Desclée de Brouwer, Bilbao, 2013). Una obra específica sobre el TOC o trastorno obsesivo-compulsivo. Éramos reticentes a leer un libro así, porque muchas veces no nos identificamos con los casos que se muestran, o se proponen auto-terapias engorrosas y pelmazas de listas de acciones, valoraciones del 1 al 10, formularios varios... Pero esta obra nos ha hecho tilín. Hemos encontrado en ella unas cuantas cosas aprovechables.
     No es que tenga demasiadas ganas de entrar en detalles (su exceso puede resultar obsceno, como observó Oscar Wilde). Sólo diría que me siento reflejado en las suficientes cosas como para adoptar a efectos prácticos la etiqueta TOC, lo que comporta indudables ventajas.

miércoles, 14 de enero de 2015

Tres días de furia y una visita al taller

www.miguelmunarriz.com
Miércoles tarde, colegas del metal. Ya hemos terminado la semana lectiva, y algún deber académico que otro nos aguarda antes del próximo lunes. Lunes, martes y miércoles: tres días, tres libros. Buena media, vive Dios. Todos en papel, como cuando no había tren. Y los tres sendos aciertos, me atrevería a adelantar.
     El último día andábamos a vueltas con "Los cuatro acuerdos", si no recuerdo mal. Fue nuestra última entrada, pero parece que hubieran pasado más de tres días. Al poco tiempo de embutirnos en tal ropaje (domingo noche o así), ya empezamos a sentir un prurito o comezón: ¿podríamos aplicar estos sanos consejos psicológicos al re-retorno a la fe? Cada cierto tiempo volvemos a ella pero luego la perdemos con mayor facilidad que las llaves del hogar. Nos empezamos a hacer la "picha" un lío, pues.

domingo, 11 de enero de 2015

Los cuatro acuerdos y uno más

Los Cuatro Acuerdos
c0ntracultura.com
Mañana vuelve la actividad normal, las clases de idiomas, mes amis. Enero ya se pone a rodar definitivamente -ya vale, después de veinte días de interrupción-. Y ya hace unos días, desde el pasado 7, que he entronizado otra "liana", con la firme intención de que perdure. Es una vieja lectura, la del libro Los cuatro acuerdos, de Miguel Ruiz (Urano, Barcelona, 1998). Hace unos días denigramos a este autor en este mismo blog, hablando de la sabiduría "tontolteca", creo recordar. Pero -cómo son las cosas-, ahora acudimos a él, gracias a haber removido algún obstáculo que nos impedía antes acercarnos a su vera. 
     La dificultad estribaba en el cuarto de los acuerdos o propósitos que propone este autor para llevar a la vida de uno, a saber, "Haz lo máximo que puedas". Este mandato me resultaba imposible, por la tendencia hacia el literalismo que mencionaba el otro día, que me planteaba una meta imposible. Pero he hecho "click", y he visto la forma de cumplir esta indicación sin que me crujan las cuadernas. (Los tres primeros acuerdos son: "Sé impecable con tus palabras", "No te tomes nada personalmente", y "No hagas suposiciones"; un quinto acuerdo, que también despertó mis sospechas en su momento -de que se estaba queriendo alargar el cuento con fines comerciales-, es el de "Sé escéptico, pero aprende a escuchar".)